En el número 231 de AÑO/CERO publicábamos la carta enviada por una lectora, María Monforte, en la cual narraba un inusual encuentro OVNI que protagonizó junto a su esposo Juan. Una noche en la que se encontraban dentro del coche, frente a una playa, contemplaron una llamativa luz que se desplazaba frente a ellos. Al hombre se le ocurrió decir que si se trataba de un OVNI se parase, y así lo hizo. Luego, ordenó «arranca» y el no identificado empezó a moverse a toda prisa. «Acto seguido –asegura María en su misiva– volvió a decir que se estuviese quieto, y el objeto se detuvo. Estuvimos un buen rato comentando el hecho hasta que mi marido gritó ‘adelante’, y la luz se puso en marcha; segundos después dijo ‘párate’, y otra vez se quedó quieta. Luego, el aparato desapareció de nuestra vista». ¿Qué clase de comunicación tuvo lugar entre los ocupantes del vehículo y el objeto volador? ¿Acaso la «inteligencia» que dirigía las evoluciones del OVNI podía escuchar la conversación de María y Juan dentro del automóvil? ¿Cuál era la finalidad del contacto?
Más espectacular resulta la experiencia que el comandante de la compañía Iberia Juan Ignacio Lorenzo Torres y el resto de la tripulación vivieron el 4 de noviembre de 1968 sobre Sagunto. Durante la larga entrevista que mantuve con el principal protagonista, me narró los pormenores de uno de los casos más interesantes de la ufología mundial. Volaba a 28.000 pies, cuando divisó a lo lejos una luz que, en cuestión de segundos, se aproximó al avión, situándose a tan solo diez metros de la carlinga y volando a la misma velocidad que el Caravelle. Se trataba de una esfera de color azulado, surcado por una especie de «venas». El comandante intentó ponerse en contacto con el no identificado a través de la radio, pero no recibió respuesta. Entonces, se le ocurrió establecer un código, de modo que Lorenzo Torres realizaba una pregunta y esperaba contestación: si el objeto se apagaba y encendía una vez significaba «sí», y dos veces «no». Sorprendentemente, el OVNI respondió a unas veinte preguntas formuladas por el piloto: eran extraterrestres, procedían de nuestra galaxia, venían en son de paz, etc. Después de diez minutos, el aparato volador –que fue detectado por los radares de Ejército del Aire– desapareció en dirección a las Islas Baleares. El informe militar del caso fue desclasificado por el estamento militar, pero, según el propio Lorenzo Torres, se suprimieron algunos momentos de la tensa «conversación» con el OVNI… (Continúa en AÑO/CERO 233)